
Félix Rodríguez de la Fuente y la caza
A menudo se trata de tergiversar la historia, pero lo cierto es que el gran Félix Rodríguez de la Fuente fue naturalista, conservador y cazador. Y por mucho que hoy se intente reescribir su postura sobre la caza, la realidad es que él mismo la plasmó en el prólogo de la ‘Enciclopedia de la Caza’, libro publicado por la Editorial Vergara en 1967. A continuación reproducimos algunos extractos, donde aclara sus opiniones y su visión de cómo debe ser la caza:
(…) «Querría, también recordarle las reglas estrictas que, desde el principio de los tiempos, han venido respetando todos los cazadores, desde el tiburón al águila, desde la mantis religiosa al tigre. Reglas cuya transgresión transforma al predator en hediondo necrófago, al noble cazador en despreciable matarife».
(…) «El predator no sólo es el guardián de los pastos y de los frutos, al evitar la excesiva proliferación de los fitófagos, sino que también actúa como un verdadero forjador, como una formidable fuerza selectora que, implacablemente, va mejorando las condiciones anatómicas, fisológicas, y psiquicas de todas sus presas. Pero el propio cazador ha de adaptarse también, incesantemente, a las depuradas cualidades conquistadas por el vegetariano, porque todos los predatores mal dotados, incapaces de mantener su «plena forma» en esta fascinante y trágica carrera de perfeccionamiento, son incapaces de cazar habitualmente, se debilitan más y acaban desapareciendo como individuos o como especies en el concierto de la vida».
(…) «Por ello, compañero cazador que, olvidado de tu condición de artesano, de intelectual, de financiero o de político, te sumerges de pronto en la eterna y inmutable tensión del predator ante la presa, piensa que la naturaleza ha impuesto reglas muy severas a cuantos nos hallamos en la cúpula de la pirámide de la Vida. No mates, caza. Porque no es lo mismo matar que cazar. La persecución, el acoso y la muerte de la pieza, siempre han exigido del cazador esfuerzo físico y agudeza mental. Y en cuanto al ejercicio de la caza contribuya a desarrollar tus músculos y afinar tus sentidos, será para ti una actividad noble y deportiva, regida por la eterna ética biológica. Una sola pieza que te exija una tarde entera de persecución, una penosa espera desafiando al cierzo o un laborioso cálculo de estrategia cinegética, representará más alta conquista y mas provechosa dedicación que cien infelices animales derribados con comodidad y sin fatigas. Por que no es la cantidad de capturas lo que forma y ennoblece al cazador, sino la calidad de las mismas».
FOTOS:
By Paco Marí – This image belongs to the Marín Collection and was provided to GureGipuzkoa by Kutxa Fototeka (Kutxa Photograph Library). The image has been delivered under a CC-BY-SA 3.0 license and can be found here. Its description is available here (click on the image for details)., CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=56191800
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[…] ONC – A menudo se trata de tergiversar la historia, pero lo cierto es que el gran Félix Rodríguez de la Fuente fue naturalista, conservador y cazador. Y por mucho que hoy se intente reescribir su postura sobre la caza, la realidad es que él mismo la plasmó en el prólogo de la ‘Enciclopedia de la Caza’, libro publicado por la Editorial Vergara en 1967. A continuación reproducimos algunos extractos, donde aclara sus opiniones y su visión de cómo debe ser la caza: […]
[…] La hija del autor de El Hombre y la Tierra insistió en que la convivencia del hombre y el lobo es un reto diario con el que tienen que lidiar, desde la responsabilidad, la Administración Pública, los ganaderos y los cazadores. Para ello propuso crear un foro común en el que encajar las propuestas de todos los colectivos, un espacio de trabajo que consiga consensuar y actualizar los planes de gestión. Odile Rodríguez de la Fuente insistió en huir de la radicalización de las posturas, que suelen traer como consecuencia pérdidas para todos, pero en especial para el animal. El equilibrio es la clave para evitar posturas extremas que acaban por acrecentar la aversión hacia esta especie, ya que el odio suele derivar en un aumento de casos de furtivismo, cepos y envenenamientos. Los cazadores, con su conocimiento del entorno y control de los individuos, tienen que adjudicarse un papel activo en la gestión de la convivencia con el lobo. Rodríguez de la Fuente no dejó de destacar que “ese sería el mensaje que habría mantenido mi padre, quien en vida defendió la caza en su aspecto conservacionista”. […]