Soluciones ya

Soluciones ya

De los 3.000.000 de perdices que se abaten en España en una temporada, gran parte corresponde a los ojeos, como es de suponer, porque si se contabilizasen las que se abaten a rabo posiblemente estaríamos hablando de cifras ridículas considerando su elevado número de practicantes. A pesar de todo a mucha gente ajena a esto de la caza le pueden sonar estas cifras poco menos que a una masacre.

Pues bien, estoy totalmente convencido que si el recurso se gestionase debidamente controlando los vertidos tóxicos que inundan los campos, no sería descabellado pensar que esta cifra se multiplicaría por cinco. ¿Se imaginan la riqueza que conllevaría por todos los conceptos 15.000.000 de perdices? Inglaterra, mucho más pequeño que España, donde la caza sí se estima en lo que vale, solamente faisanes salvajes, un animal no tan aguerrido como las perdices, se cuelgan anualmente 22.000.000 de ejemplares. Otro tanto sucede en Alemania con la caza mayor. Un país éste con una demografía importantísima. Pues bien, entre ciervos y corzos pasan por los fogones del orden de 1.200.000 ejemplares cuando en este santo país nuestro que al parecer goza de todas las prebendas para acoger una fauna variopinta y numerosa, nos quedamos con 180.000, por no hablarles de otros países como Francia o la misma Suiza, donde no se cambia la caza por los deportes blancos en base a su rentabilidad económica.

Y nosotros a ver pasar los patos y a perseguir a los cazadores. Por cierto y hablando de los patos, ¿saben cuántos se abaten en Europa? La friolera de 12.000.000, eso sí, 50.000 aquí, en el país de invernada más importante de Europa.

No escarmentaremos nunca, nos tienen que seguir dando todas en el mismo sitio para que empecemos a espabilar.

No se habrá parado a pensar alguno de nuestros dirigentes que una perdiz vale como 10 pollos y un ciervo como 2 vacas. El tema es relativamente fácil, generar seis donde había dos y retirar tres. Sencillamente elevar el patrimonio y retirar la renta. Y todos contentos, cazadores y conservacionistas.

Nada de sesudos estudios económicos ni de macrocifras inteligibles. Trabajo y a ordenar el campo. Que nadie campe por sus reales porque aunque la tierra es propiedad privada a la que hay que respetar, la fauna es patrimonio de la sociedad y eso, señores de la administración, quiere decir que a Vds. les compete buscar soluciones urgentemente antes que lo lamentemos todos.